Lukás Papadimos

«Habemus… Papadimos» (8/11/2011)

 

Andrés Mourenza

No hubo fumata blanca porque el país no está para gastos y porque, dadas las rencillas entre los socialistas y los conservadores griegos, las conversaciones sobre la composición del nuevo gobierno de unidad nacional avanzan despacio. Pero ayer todos los medios griegos daban por seguro que el economista Lukás Papadimos será el sucesor del primer ministro saliente Yorgos Papandreu, quien tras sólo dos años y un mes al mando se ha visto obligado a retirarse debido a que su anuncio de un referéndum sobre el plan de rescate no gustó nada a sus socios europeos ni a los mercados y desató una rebelión interna en el Partido Socialista Panhelénico (PASOK).
«La iniciativa para designar al nuevo primer ministro se está incubando», explicó el Presidente de la República, Karolos Papulias, un cargo sin peso político pero que está ayudando a mediar en las difíciles negociaciones entre PASOK y la conservadora Nueva Democracia (ND). Tras reunirse con el presidente, el líder del partido ultraderechista LAOS, Yorgos Karatzaferis, quien gusta de hablar en griego antiguo en lugar de en su versión moderna, lamentó que todavía no fuese posible decir «Habemus.. Papadimos».
Los otros dos partidos con grupo parlamentario –el Partido Comunista y el izquierdista SYRIZA– rechazaron de plano participar en la ronda de contactos. De hecho, el in- fluyente sindicato PAME, ligado a los comunistas, ha convocado una manifestación el próximo jueves para dar la bienvenida al ejecutivo de coalición y dejarle claro que no le dejarán dormir tranquilo: «El nuevo gobierno tiene el objetivo de salvar a los monopolios y acabar con el movimiento popular. El nuevo plan de rescate dejará al pueblo griego con las manos atadas durante muchos años».
Papadimos tiene un perfil netamente económico: es gobernador honorario del Banco Central de Grecia y ha sido vicepresidente del Banco Central Europeo, además de par- ticipar en la sección europea de la Comisión Trilateral. Más allá de las teorías del complot que rodean a este organismo fundado por David Rockefeller, lo cierto es que se trata de un grupo de discusión formado por influyentes empresarios, políticos y economistas con unas marcadas ideas neoliberales de la sociedad y son célebres por haber dicho, en la década de 1970, que existía «un exceso de democracia». Resulta cuanto menos llamativo que un miembro de este grupo vaya a hacerse cargo de Grecia ahora que a los griegos acaban de quitarles un referéndum de las manos.
Ayer, Papademos se desplazó a Grecia desde EEUU, donde imparte clases en la Universidad de Harvard, para conocer las condiciones de gobierno que le ofrecen PASOK y ND. «Me temo que el nuevo gobierno tendrá problemas muy pronto. El nuevo primer ministro no dará la impresión de estar al mando, todo el mundo mirará hacia los líderes de los dos partidos, que dirigirán las cosas entre bambalinas», opinó el exministro de Finanzas Stefanos Manos en declaraciones a Reuters.
Según el esquema previsto, a Papadimos lo escoltarían el hasta ahora ministro socialista de Finanzas, Evangelos Venizelos, y el vicepresidente de ND y excomisario europeo Stavros Dimas. Aunque, de acuerdo al diario Kathimerini, el líder de los conservadores, Antonis Samaras, no es partidario de incluir a altos miembros de su partido en el gobierno de transición para que no se quemen de cara a las elecciones anticipadas.

El último cartucho de Grecia (11/11/2011)

Andrés Mourenza

Todo vuelve a su origen. «Allí donde se generan las cosas, allí se produce también su destrucción». Este principio del filósofo Anaximandro bien podría aplicarse a la carrera de Luká Papadimos, quien desde el Banco Central de Grecia (BCG) contribuyó a que su país dejase el dracma por el euro. Ahora ha debido regresar a Grecia precisamente para que su ruina económica no suponga la salida de la moneda única.
Eso sí, lo hará sin que el público lo haya elegido. «Era nuestra única opción», cree el analista Dimitris Yannopulos. Y en verdad, con las finanzas griegas casi en la bancarrota y tras más de una semana de circo político, ni la UE, ni Alemania, ni los mercados hubiesen aceptado a otro.
Papadimos (Atenas, 1947) estudió Física en el prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT) de EEUU. Una carrera a la que dio un vuelco al doctorarse en Eco- nomía en 1978. En 1980, cuando comenzaban a cobrar forma las doctrinas económicas neoliberales, entró a trabajar en la Reserva Federal del Banco de Boston, que abandonó en 1985 para regresar a su patria de la mano del BCG, una institución en la que ascendió hasta convertirse en gobernador entre los años 1994 y 2002.

Escándalo del déficit
Nunca ha sido del todo aclarado qué papel jugó Papadimos en el escándalo de las cuentas trucadas de Grecia, que le permitió entrar en la Eurozona sin cumplir realmente los criterios de Maastricht. Él sostiene que explicó a sus colegas europeos que las cuentas que presentaba Atenas no incluían su ingente gasto en Defensa y que los eurócratas dieron su visto bueno, algo que abundaría en la teoría de que no solo fue Grecia quien engañó a la UE, sino que Bruselas se dejó engañar.
De ahí fue elegido por Jean- Claude Trichet como segundo del Banco Central Europeo, un puesto que mantuvo hasta el 2010, cuando comenzó a enseñar en Harvard y a asesorar al Gobierno de Yorgos Papandreu. De hecho, este hombre de maneras suaves se declara muy cercano a las ideas de Alemania y Trichet: el BCE no debe implicarse en salvar a países y, si lo hace, debe ser temporal.
Incluso algunos que no deberían estar en su bando, como el diputado izquierdista Grigoris Psarianos, lo apoyan: «Es alguien a quien aceptan los mercados, los políticos y la gente». El curso que ofrece Papademos en Harvard se titula La crisis financiera global: res- puestas y desafíos políticos. Ahora deberá demostrar si su teoría funciona también en la práctica.

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