ELECCIONES 2012: Hartazgo político en Grecia

Cartel de burla al logo del PASOK transformado en la cabeza del ex primer ministro Yorgos Papandreu del que brotan hojas de marihuana. En el texto dice: «Y Junta y hierba: PASOK».

Andrés Mourenza

“Vendo mi voto. Votaré lo que me digas. No necesariamente a un partido. Tú eliges qué pongo en el sobre”. Es el anuncio que un griego colgó a principios de mes en la página de subastas eBay. La puja comenzaba en 2,25 dólares, aunque la web retiró la propuesta por ir contra su política. Este pequeño ejemplo muestra el desencanto hacia un sistema político en un país que siempre ha hecho de la política uno de sus principales temas de conversación.

La corrupción de los grandes partidos y su dominio por parte de unas pocas familias ya fueron denunciados durante la revuelta juvenil de 2008, tras el asesinato de un adolescente. Y a ello se añaden ahora las duras condiciones impuestas por los dos rescates europeos a Grecia. De acuerdo a la OCDE, sólo en 2011 los salarios se redujeron un 23 %, mientras los precios de cuestiones básicas como la electricidad, la calefacción y el transporte se incrementaban. Además la precariedad (que se ceba especialmente entre los jóvenes, a los que el desempleo afecta en un 50 %) se ha extendido y más de la mitad de nuevos contratos del pasado año fueron a tiempo parcial.

“Los dos partidos más grandes sólo alcanzarán el 50% de los votos, cuando antes sumaban el 80%. Estamos en un momento de cambio pues en Grecia, la caída de confianza en el sistema político ha llegado a niveles increíbles”, explica Dimitris Sotiropulos, politólogo de la Universidad de Atenas: “La gente se siente alienada por el sistema político”. Además, existe una gran diferencia generacional ya que, según los encuestadores de MARC, los menores de 50 años votarán por partidos que se oponen a las medidas de austeridad, mientras que los mayores continuarán aferrados a los partidos tradicionales.

“Los dos grandes partidos han perdido su credibilidad y se les culpa por la situación actual; sin embargo, son los únicos que pueden asegurar la estabilidad de Grecia”, considera Nikos Kostandaras, director del diario Kathimerini. Con todo, el 20% de los electores continúa indeciso y a ello se aferra el economista Yorgos Vitros, candidato del partido liberal Alianza Democrática: “La mayoría tomará su decisión de votar delante de la urna. Y probablemente termine votando por los partidos grandes o proeuropeos como el nuestro”. Aún así, concede que la situación de austeridad y recortes “está empujando a los griegos hacia opciones extremistas”. De hecho, Konstandaras advierte de que en próximas elecciones, el poder de PASOK y Nueva Democracia aún se verá más mermado.

Las muestras de rechazo al sistema se suceden, como la presentación de candidaturas a cada cual más surrealista. Por ejemplo una que en su nombre –de 20 palabras- lleva inscrito el programa político, entre otras cosas prometiendo regalar las tierras que posee su líder, un anciano de 83 años oriundo de Tesalia. O el partido Tiranicidas, al que el Tribunal Supremo ha obligado a cambiar de nombre para concurrir a las elecciones. “Lo que me hace pensar que el tribunal no rechaza la existencia de tiranos, sino que simplemente quiere prevenir que la gente exprese su voluntad de exterminarlos”, escribía irónico un bloguero griego.

Versión ampliada de un artículo publicado el día 30 de abril en El Periódico de Catalunya

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